El lunes terminó un curso que he impartido en el C.P.R. de Calahorra. Con el título de «Utilidades informáticas para el aula de Lengua», esta actividad formativa ha tratado básicamente de la aplicación educativa de las webquests y las bitácoras o blogs.
De mi experiencia en la preparación del curso y en el desarrollo de las sesiones, de la convivencia -interesantísima y muy cordial- con los asistentes, de algunas de sus ideas y propuestas -todavía más interesantes- y de las inevitables charlas ante las máquina del agua y del café, he extraído algunas conclusiones, que pongo por escrito en La Bitácora del Tigre, con un cierto carácter provisional y sin el más mínimo propósito de hacerlas pasar por dogma de fe.
1. Todavía hay que agotar unas cuantas etapas hasta que se haga posible la generalización del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en el ámbito educativo. A pesar de los esfuerzos de inversión y dotaciones que vienen realizando las administraciones, la conectividad no se ha universalizado, el ancho de banda sigue siendo insuficiente y los docentes tienen que bregar demasiado a menudo con problemas técnicos que dificultan o impiden la utilización cotidiana de las herramientas informáticas. Las nuevas generaciones que se incorporan a la docencia tienen alguna ventaja en este terreno, pero no es tanta ni tan clara como suele afirmarse.
2. Queda mucho camino por recorrer hasta que el trabajo en red y la dinámica cooperativa, metodologías asociadas a las nuevas herramientas que, como las webquests o los blogs, nos brindan las TIC, ocupen el lugar que merecen en la actividad didáctica. En línea con lo dicho en el punto anterior, las condiciones técnicas a disposición de los centros tienen que mejorar todavía mucho, pero también las estructuras organizativas, los currículos (que siguen prisioneros de excesivas inercias) y la formación inicial del profesorado.
3. Aprender a utilizar generadores de webquests y sistemas gestores de contenidos especializados en bitácoras lleva su tiempo, y a veces es una tarea tediosa, cuando no erizada de espinosos obstáculos, pero los principales problemas siguen estando donde han estado siempre: en el proceso de idear buenas actividades, sólidas, bien organizadas y rentables, en dar sentido práctico y real al desarrollo curricular, en encontrar, experimentar, pulir y consolidar buenos materiales didácticos.
Todas ellas son tareas hercúleas, que exigen una enorme cantidad de tiempo y un esfuerzo denodado, máxime si se vierten en nuevos formatos y nuevas herramientas como las que hemos estado investigando. Cuando uno se pone a elaborar tutoriales o, simplemente, a recopilar y ordenar enlaces, se da cuenta del mérito que tienen los autores de libros de texto, tan injustamente criticados por quienes somos sus clientes habituales.
4. A diferencia del ámbito de las webquests, en el que los docentes se sumergen rápidamente, con pocas dudas o ninguna y un entusiasmo evidente, las bitácoras muestran un rostro más esquivo. La organización de los blogs, su metalenguaje, sus peculiares relaciones asociativas, son realidades más abstrusas de lo que nos parece a los iniciados, y de hecho no se captan a la primera, y a veces ni siquiera a la segunda o a la tercera.
Ya sé que a todos nos guía la mejor intención en nuestros respectivos afanes, pero creo que los miembros activos de la blogosfera educativa tenemos que hacer examen de conciencia, e incluso una cura de humildad, por nuestra tendencia a la endogamia, a la especialización excesiva y a cierta soberbia tecnológica que, muy a pesar nuestro, se filtra a través de las entradas de nuestras publicaciones como el agua entre los dedos.
5. Lo mejor de los cursos de formación es, sin ninguna duda, la experiencia compartida con los compañeros y compañeras. La oportunidad que para mí significa salir del zulo tecnológico, intercambiar experiencias, responder a dudas cien veces planteadas y a otras que un colega me suscita por primera vez, acercarme a problemas prácticos de los que tengo cierta tendencia a olvidarme, o a dejar de lado, tiene un valor inapreciable.
6. Espero que de los materiales del curso pueda extraer dentro de poco unas cuantas páginas web: breves tutoriales de PHPWebquest y de WordPress, recopilaciones de recursos, e incluso una webquest, ya varias veces anunciada aquí, que lleva camino de hacerse enciclopédica. Daré los avisos oportunos en La Bitácora del Tigre y en Lengua en Secundaria. Mientras tanto, vaya por delante mi agradecimiento a todos los asistentes al curso, al equipo de asesores del C.P.R., y a su Director, Juanjo Mateo, por su apoyo y confianza.
Francisco Muñoz de la Peña dice
Eduardo una pregunta
¿crees que merece la pena enseñar a manejar blogs y generadores de webquests (doble trabajo)si en un blog podemos hacer nuestra webquest?
Ejemplo:http://elabecedario.blogspot.com/
Lo que estamos pidiendo a gritos es que se ponga de forma gratuita a disposición de los docentes, por parte de las autoridades educativas, un CMS especialmente diseñado en función de nuestras necesidades cuyo aprendizaje sea un juego de niños cosa que creo posible.
Saludos de Paco
Javier dice
No lo podías haber dicho mejor, ni más claro. Todavía nos queda mucho por recorrer. Integrár de una forma eficiente y rentable las TIC en los curriculos es algo urgente, y que no está hecho.
Eduardo dice
Aunque no conocía la webquest en blog que citas, Francisco, sí conocía otras semejantes, y de hecho las he tenido en cuenta. Con todo, tienes toda la razón: se pueden matar dos pájaros de un tiro, porque los blogs vienen muy bien para que los profesores publiquen webquests e incluso para que los alumnos interactúen con ellas.
Ahora bien, he preferido aislar los dos elementos (webquests por un lado, blogs por otro), porque tienen distinta naturaleza y distintos usos. No niego la posibilidad ni la conveniencia de que converjan en una única plataforma de publicación (un blog, un gestor de portales, etc.). Sin embargo, tanto por la naturaleza del curso como por la cualificación de los asistentes, he preferido mantener la separación entre ambas herramientas.
Lo que no acaba de convencerme es lo del «CMS especialmente diseñado […] cuyo aprendizaje sea un juego de niños». Mi experiencia, tanto desde la perspectiva de usuario como desde la de asesor docente, es que lo fácil suele tener funciones limitadas, y lo potente es difícil de utilizar. Diseñar aplicaciones potentes y sencillas es un desiderátum al que cualquier programador aspira, pero que pocas veces se logra.
Además, los usuarios avanzados solemos perder demasiado a menudo la perspectiva de lo que es fácil o difícil. Por poner un ejemplo: a mí WordPress me parece ahora trivial, pero lo cierto es que he tenido que pelearme con él durante un montón de horas.