Elisa Armas nos convoca a varios compañeros blogueros a un meme lúdico, bajo las reglas de El Ford de Harrison, un divertido juego propuesto por Verbalia.
¿Quién podría resistirse a los encantos de tan gozoso meme? Yo no, desde luego, y por ello incluyo a continuación una modesta propuesta, elaborada en torno a los antropónimos de los colegas que publican blogs educativos (como puede comprobarse, he hecho de mi capa un sayo con las reglas de El Ford de Harrison).
¿Cómo se defienden los profesores blogueros?
- Elisa, con las Armas.
- Francisco Muñoz de la Peña, oculto en su Castrillo.
- Angus se refugia en sus Iglesias.
- Aníbal no sale de la Torre, ni José de su Cuerva.
- Ángel alza su Puente levadizo.
- Luis protege su Barrio con un Canal.
- Rafael se oculta entre los Robles y José María en el Campo.
- María José se disfraza de Reina.
- Y Antonio embarca en un velero, y se deja arrastrar por el viento Solano.
Es una pena que mi nombre y apellidos no se presten al juego, porque me hubiera incluido con gusto en la lista. No obstante, mi nombre de pila y mi segundo apellido, aunque no sean transparentes, también permiten algún chistecillo a partir de su significado etimológico…
Antonio dice
Con tu sapiencia, (Edu, ardo) en deseos de conocerte. Y mi (lar, equi-)tativa en acoger amigos, aquí la tienes.
Un saludo.
Lu dice
Por los lares de la blogosfera, andan también:
Sin Romeo, anda en la corte de las maravillas Julieta.
Leonor es la quinta en responder el meme, aunque podría ser Quinta Ana.
Yo misma me digo, Lu, en estos memelides blogueros no te Cases ni te embarques.
(Cases es mi segundo apellido).
Felipe Zayas dice
Yo también quiero estar en tu post. Aunque, un poco forzado, esto podría haber servido:
Felipe, sin escondite posible, arde en las Fallas.
En fin, muy forzado. Pero quería estar. (Un amigo me gasta esta broma: «Felipes Fallas y próspero año nuevo.»
Eduardo Larequi dice
Son todos muy buenos, compañeros. Me permitiréis que ilustre vuestras chanzas con una grosería que estaba muy de moda cuando hice la mili: «más vale tener buen humor, que en los huevos un tumor».
Mª José Reina dice
Pues sí Eduardo. Con ese apellido tan serio, en los tiempos en que repasaba yo tu «lengua en secundaria», no hubiera dicho nunca que te iba tanto el «cachondeo lingüístico».
Eduardo Larequi dice
Pues, hombre, no es que yo sea un tarambana ni un cachondo perdido, pero sí, me gusta la risa, como a todo el mundo.