La inesperada asociación entre WordPerfect y la melancolía tiene, como casi todo en este blog, intrincadas raíces biográficas, que conviene poner al descubierto. El episodio melancólico ha tenido lugar en los últimos días, que he dedicado a completar la sección de Materiales curriculares de la nueva versión de Lengua en Secundaria sobre Joomla (por cierto, el sitio sigue en obras; la parte abierta al público no tiene mala pinta, pero aún me queda mucho tajo).
Como suele ocurrir cuando uno se ocupa de viejos trabajos, las inevitables actualizaciones acaban por crear un estado de ánimo melancólico: se ven las obras del pasado como si pertenecieran a otra persona, se descubren errores que en su momento pasaron desapercibidos, y se recuerdan aquellos días en que uno era más joven y relativamente indocumentado.
Una de las tareas que me ha llevado más tiempo ha sido la de actualizar algunos archivos de programaciones que elaboré, cuando trabajaba en el I.E.S. “Picos de Urbión”, de Covaleda (Soria), con el procesador de textos WordPerfect, que fue mi herramienta de cabecera informática durante muchos años.
Para evitar los problemas derivados de la conversión de los archivos de WordPerfect a los formatos de OpenOffice y Microsoft Office (pues la exportación de documentos tan complejos, con encabezados, notas a pie de página e índices, no es del todo eficaz), volví a instalar en mi ordenador WordPerfect Office 2000, con la intención de editar los documentos originales, simplificar su formato y convertirlos en DOCs elegantes y manejables.
Y entonces fue cuando el ataque de melancolía se volvió devastador. Después de haber pasado tres o cuatro años sin haber tocado una tecla de WordPerfect, me di cuenta de que casi se me había olvidado utilizar este maravilloso procesador de texto, desde mi punto de vista mucho mejor que sus actuales rivales en el mercado ofimático.
Ya no me acordaba de cómo reformatear páginas y párrafos, se me habían olvidado todas las secuencias de comandos que durante muchos años utilicé con una fluidez casi demoníaca (Pilar se ponía de los nervios cuando me veía encadenar operaciones a cuál más compleja mediante simples combinaciones de teclas), y me costó un buen rato hallar esa prodigiosa función, probablemente la más característica y útil de WordPerfect, que permite encontrar todos los códigos de diseño y formato de un documento (revelar códigos, Alt +F3).
Tras unas cuantas horas de trabajo, creo que he conseguido alcanzar mi objetivo inicial (bueno, lo he logrado con un par de archivos, los más largos y difíciles, aunque todavía quedan unos cuantos más por reformatear), pero la sensación de pérdida de facultades, y la nostalgia por los trabajos de amor (a WordPerfect) perdidos no tienen remedio. No sé si los años le vuelven a uno más sabio, definitivamente, lo que sí consiguen es hacerlo más torpe.
Para que no me devore la melancolía, aprovecho la ocasión para plantear desde aquí una apasionada reivindicación de WordPerfect, un programa cuya trayectoria puede seguirse en la Wikipedia, tanto en español como en inglés, y que cuenta con partidarios todavía más incondicionales que yo, tal como demuestra esta curiosa comparativa con Word.
Ya sé que ahora está de moda elogiar el software libre de OpenOffice 2, los procesadores de texto online de la web 2.0, como Google Docs (antes Writely), las herramientas de escritura en texto plano derivadas del mundo Unix, como Latex y similares, y comprendo también que la mía es una reivindicación nostálgica e inútil.
En fin, qué se le va a hacer. Quiero creer que entre mis muchos vicios se alberga la virtud de la lealtad a los buenos y viejos amigos.
Mª José Reina dice
Hola Eduardo, Word Perfect también fue mi primer procesador para MS-Dos, con aquella pantalla azul y letras blancas, y con aquella chuleta alargada para poner sobre el teclado, que si perdías, no había quien se aclarase …
Yo creo que con los procesadores habría que llegar a un formato estándar, que pretende ser ODT. Que ocurra más o menos como con los programas de retoque fotográfico, sea cual sea la marca, el resultado es un archivo JPG.
No sé si os ha pasado ya, algunos alumnos tienen la nueva versión del MS Office, cuyo formato es .docx, y, claro, no se pueden abrir los archivos si no tienes el programa. Total, un caos.
Elisa dice
Cada vez que me formatean mi disco duro (entre mi marido y nuestro chapucilla informático habitual) desaparece el Word Perfect y tengo que reclamarlo, pues todavía tengo una enorme cantidad de documentos sin convertir. Es mejor no pensar en el tiempo que ha pasado desde entonces porque la melancolía es contagiosa. Y aunque no todo tiempo pasado fue mejor, al menos en mi caso, el uso del Word Perfect sí coincidió con una buenísima etapa de mi vida.
Eduardo Larequi dice
Todavía no me he encontrado con ningún DOCX, pero todo llegará. En cuanto al ODT, habrá que ver si cuaja. Yo estuve pensando en la posibilidad de aprovechar el repaso de archivos para convertirlos a ODT, pero no me decidí. De momento, un DOC lo puede abrir todo el mundo, utilice el programa que utilice. De todas formas, María José, la idea del ODT no está nada mal. Me la voy a plantear para futuros documentos, o para los que vaya convirtiendo.
Es verdad, Elisa, que asociamos los objetos queridos a las etapas felices de la vida. También en mi caso WordPerfect está vinculado a algunos de mis mejores días.
Carlos Santos dice
Word Perfect, era fantástico; te permitía tener un control absoluto sobre todos los elementos que componían tu texto. Una vez superada la fase de dependencia de esa chuleta alargada de la que habla MªJosé, todo iba sobre ruedas; cuando incorporaron la versión gráfica, y ya no tenías que utilizar la «pantalla azul» aún fué mejor (siempre y cuando tu ordenador pudiese con el programa») y en cuanto a la interiorización de las órdenes y comandos… tan solo una anécdota que fué cierta como la vida misma: Salía yo de un quirófano tras una intervención (2 o 3 años después de haber dejado el WP), y las encargadas de la reanimación, en ese momento en que no te enteras, pero que entre sueños ves o reconoces la presencia de algún familiar, me dicen: ¡Venga Carlos, venga que tienes que salir, tienes que despertar, tienes que salir!… y yo, ¿sabéis lo que les respondía, ante su atónita mirada y la preocupación de mis familiares, pensando que deliraba o algo asi? F7, F7, para salir F7, si quereis que salga le dais a F7 ;)
Saludos
Eduardo Larequi dice
Pues sí que te pegó fuerte el WordPerfect, Carlos. Debió de afectar a un nivel muy profundo de tu psique, para dejar una huella tan honda y perdurable.
En fin, la mente hace lo que le da la gana. Un gran misterio, el cerebro humano.
GabrielDR dice
No cabe duda que efectivamente ese era uno de los mejores procesadores de texto que existian, se centraba en documentos «Legales» de calidad. para profesionales. Y no en documentos baratos para estudiantes, en don de todo quieren llenarlo poniendo letras tamaño 16, Yo llegue a ser profesor que impartia WordPerfect 5.1 en sus tiempos, recuerdo que mis alumnos me reclamaban que porque no enseñaba Word(que ya estaba en su version 6.0) que era mas fácil.
Solo respondi. «En la vida no todo es Microsoft. Existen otras alternativas, si te enseño este programa es porque no lo vas a ver en ningun otro lado, ahora bien, Microsoft lo puedes aprender en cualquier lugar». La unica respuesta que tuve de este pequeño hombre es que me agradecio que pudiera llevar su hoja de calculo en un Disquete, (tambien Enseñaba Lotus 123), mientras los demas perdian su trabajo por un virus que habia bloqueado por completo sus windows 3.1. Mientras el pudo trabajar via DOS. Que tiempos aquellos. Donde uno tenia las herramientas que necesitaba y nada mas. Sin cosas inutiles que aparecer por todos lados.
jose dice
excelente página, mis saludos y felicitaciones
si teesi por ahi aulguna copiecita de wp51 en diskkete o bannermania os lo agradecere me lo obsequies.
grcias y bendiciones
Roberto González dice
Tengo muchos discos de tres y medio creados en WP51 para DOS. Ahora necesitaría acceder a esa información y no veo la manera de hacerlo. Instalé los controladores y creo que eso lo hice bien, pero ahora sólo me queda por superar el formateado de dichos discos. Pues al querer acceder a la información aparece: Disco no tiene formato. Desea darle formato ahora?
Alguien sabe cómo podría convertir estos archivos.
gracias anticipadas