A través de la Weblog Tools Collection me he enterado de la existencia de dos extensiones para WordPress que tienen un interés indiscutible para los administradores de blogs, especialmente si sus publicaciones son grandes y tienen una larga trayectoria a cuestas: los plugins WordPress Exploit Scanner y WP Tuner.
El primero permite descubrir posibles cadenas malignas o peligrosas incrustadas en el código de las plantillas o en la base de datos (cada vez son más los blogs hackeados mediante dichas técnicas), mientras que el segundo sirve para analizar exhaustivamente la aplicación en busca de fallos de rendimiento que pueden enlentecer, a veces hasta extremos intolerables, la bitácora.
Ninguna de ambas extensiones es fácil de manejar para los recién llegados al mundo de WordPress, pero en manos suficientemente entrenadas (y conviene que la mente que las gobierna sepa inglés, además) pueden sacar a los administradores de más de un atolladero, o aliviar los inevitables dolores de cabeza que causa el duro bregar de la afición bloguera.
En mi caso, el Exploit Scanner no ha encontrado nada de lo que deba preocuparme (solo ha advertido unos cuantos falsos positivos que, según su autor, Donncha O Caoimh, son relativamente frecuentes), pero en cambio el WP Tuner ha confirmado una sospecha que hace algún tiempo me venía inquietando: que La Bitácora del Tigre agradecería una cura de adelgazamiento en ciertas zonas, como por ejemplo la barra lateral, excesivamente poblada de widgets y aditamentos diversos.
Por supuesto, tengo que profundizar algo más en los resultados del ánalisis, actuar con la prudencia que este tipo de situaciones aconseja y aprovechar para hacer otros cambios de enjundia, como, por ejemplo, cambiar el tema del blog.
Ahora bien, me temo que no será fácil encontrar el tiempo y la tranquilidad precisos para abordar esas tareas, porque, como suele decirse, lo urgente no deja tiempo para lo importante. A ver si antes de las Navidades lo consigo.
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