
Llevaba tiempo deseando salir al campo para sacar unas cuantas fotos otoñales, aunque no sabía muy bien hacia dónde orientar nuestros pasos. Como suele ocurrir, el azar estaba conspirando por su cuenta para darme ideas, porque hace poco me topé con varias fotografías de un paraje que me trae muchos recuerdos de juventud: el pozo de Pígalo (o Pigalo, como dicen y escriben muchos aragoneses), en el río Arba de Luesia, cerca de la localidad del mismo nombre. “El otoño en Cinco Villas debe de ser bonito”, le he dicho a Pilar, y ella no ha puesto inconveniente en que fuéramos a comprobarlo.
Aunque la excursión ha sido sólo de mañana (hubiéramos querido comer en Uncastillo o en Sos del Rey Católico, pero estaba todo lleno hasta la bandera), nos ha dado tiempo por recorrer casi entera, y con la única excepción de Tauste, la comarca aragonesa de las Cinco Villas, comenzando por Ejea de los Caballeros, donde hemos llenado el depósito del coche, continuando por Sádaba, y terminando en Uncastillo y Sos, con un ramal adicional que nos ha llevado a Luesia.
A este ruta corresponden las fotos que figuran a continuación. Muestran hermosos colores otoñales para un día que se prometía plomizo y gris, pero que en realidad ha sido bastante luminoso hasta el momento de volver a casa, porque en la muga de Navarra, ya muy cerca de Sangüesa, ha comenzado a diluviar. Qué raro que haga mal tiempo en nuestra tierra…
Chopos en la carretera de Ejea de los Caballeros a Luesia En el cruce de la carretera a Asín Otra hilera de chopos amarillos, cerca de Luesia Una ternera y una vaca, en un pastizal cercano a Luesia La dignidad de una ternera aragonesa ante el retrato El lecho del río Arba de Luesia 1 El lecho del río Arba de Luesia 2 El bosque otoñal, cerca del Pozo de Pígalo El Pozo de Pígalo 1 El Pozo de Pígalo 2 El Pozo de Pígalo 3 El Pozo de Pígalo 4 Otra vez el bosque otoñal, iluminado por el sol Chopera en el cauce del río Arba de Luesia Nubes y claros Uncastillo y los colores del otoño
Creo que aunque el verano ha pasado y el calor se está trocando en frío… las aguas del pozo de Pígalo y el río Arba invitan a darse un baño… qué colores más vivos… tan vivos como los ojos del ternero…!!
Qué alegría tenerte por aquí, Juankar. ¿Conoces el Pozo de Pigalo? Es una duda que me corroe. Sé que por ahí hemos estado unos cuantos de la cuadrilla, pero en tu caso no estoy seguro.
Si digo que sí, faltaría a la verdad, si digo que no, faltaría a la verdad… ¿Que si conozco el Pozo de Pígalo…? Sí… si por sí se entiende si conocía de su existencia y de su localización… he tenido que utilizar mucha cartografía para elaborar mi trabajo de toponimia y toda la zona de Cinco Villas y en especial la parte de la Val d’Onsella la he estudiado mucho y la he recorrido decenas de veces sobre el mapa… así que tengo un conocimiento «virtual», como se dice ahora… pero eso, lo reconozco, no es conocer un sitio… y entonces debo bajar los ojos y con mirada triste y casi como pidiendo perdón, debo confesarte que no conozco el Pozo de Pígalo, que nunca he estado allí, pero que confío en que pronto me pueda dar un chapuzón en esas aguas tan limpias… pero mejor lo dejamos para primavera… o mejor todavía, para verano, que el agua no estará tan fría (y si no con neopreno como en el Barranco de la Peonera en Guara). Un abrazo…!!