Aunque un día después de lo debido –las demoras y retrasos se van convirtiendo, ay, en seña de identidad de este blog–, respondo con esta entrada a la iniciativa de Felipe Zayas en Leer.es, tal como han hecho colegas blogueros como Javier G. Calleja, Lourdes Domenech, Evaristo Romaguera, Antonio Solano y tantos otros. Vayan estos haikus de esperanza por Japón a modo de sincero e improvisado homenaje al pueblo nipón, en reconocimiento a la dignidad y civismo con los que han acogido una catástrofe casi inimaginable.
No quiero ni pensar en cómo hubiéramos reaccionado por estos lares si nos hubiera ocurrido algo parecido.
Viene del mar
una ola gigante.
Dos viejos rezan.
En Fukushima,
como un negro demonio,
aguarda el caos.
Rotos y dignos,
resisten en silencio
los japoneses.
Y los cerezos,
ahora deshojados,
florecerán.
Lu dice
El eco de la iniciativa sigue dando excelentes sus frutos. Me encanta el último haiku, por su mensaje esperanzador.
Silvia Gongo dice
Me quedo yo también con la esperanza de los cerezos en flor, ahora que nos adentramos en la primavera. Preciosos haikus, Eduardo
Eduardo Larequi dice
Lu, Silvia:
Creía necesario acabar los haikus con una nota de esperanza, aunque me parece que el verso final en futuro no es muy poético que digamos, o por lo menos no pega con la estética del haiku, que es más de sugerencia y alusión.
Hacemos lo que podemos…
Fernando dice
Me ha encantado la idea Eduardo. El pueblo japones nos ha dado una lección de dignidad desde la miseria del dolor, de serenidad en la desesperación, de control y orden en el caos. ¡No quiero ni imaginarme la situación si eso hubiese ocurrido aquí mismo!. Yo no soy tan bueno con la poesía, así que permíteme que escriba uno de Moritake:
«¡Una flor caída
Regresa a su rama!
Pero no, era una mariposa»
Saludos.
Eduardo Larequi dice
Qué bonito el haiku, Fernando. En comparación con el de Moritake, mis haikus suenan desafinados, como poco.
Gilberto Padrón R (@gilbertopadron) dice
Haikus de esperanza por Japón | La Bitácora del Tigre – http://t.co/pjjQ1pe5