El domingo por la mañana salimos de casa con la intención de desintoxicarnos de la rutina urbanita, hacer piernas y domar unas botas bastante aparatosas que habíamos comprado algunos días antes. Como el día estaba nublado y el pronóstico meteorológico auguraba precipitaciones, decidimos consagrar nuestra ruta a un destino cercano y a un recorrido no muy largo. El lugar elegido fue el cañón del río Ubagua, entre las localidades de Riezu y Lezáun, en la comarca de Tierra Estella.
Nada más llegar a Riezu, mientras nos calzábamos las botas de siete leguas, se me acercó un chaval muy gracioso, que parecía salido de aquel famoso episodio de Viaje a la Alcarria en el que el viajero es interrogado por un crío que le pregunta si puede acompañarle “unos hectómetros”. Menos redicho, pero igualmente curioso, el chico disfrutaba de la conversación, y un servidor acabó charlando sobre él sobre las pizarras digitales interactivas que acababan de instalarle en el aula del colegio de Pamplona donde cursa 6º de Primaria. Además de pegar la hebra sobre las pizarras digitales, el chaval de Riezu nos dio indicaciones muy precisas sobre la ruta que debíamos seguir. Creo que la hubiéramos encontrado igualmente, porque el comienzo del camino está muy bien señalizado, pero aprovecho la oportunidad para agradecer a mi desconocido y joven informante su ayuda y su simpática desfachatez.
El camino se nos hizo algo más exigente de lo que esperábamos, pero a cambio el pronóstico meteorológico se cumplió al pie de la letra: nubes y claros, con más presencia de las primeras que de los segundos, una temperatura muy agradable para caminar, y lloviznas a partir de las dos de la tarde, justo cuando emprendíamos el regreso. Me hubiera gustado que el sol hubiera brillado con más fuerza para dar más color a las fotos, pero no nos podemos quejar, porque el cañón del Ubagua tiene tramos bastante empinados y sin sombra, en los que se agradece un cielo cubierto, y aún mejor si corre el aire.
La mayor parte de las imágenes que figuran a continuación hablan por sí mismas, aunque algunas han requerido cierto trabajo de investigación a la hora de precisar la información que las acompaña en sus correspondientes pies de foto. Quien esté interesado en comprobar datos y referencias, puede hacerlo desde los siguientes enlaces:
- La ruta y sus hitos pueden consultarse en Wikilok y Tierras de Iranzu.
- Foto 10. Si no me engaño, se trata de una orquídea silvestre, aunque no estoy muy seguro de la especie. Según los datos que figuran en la Guía visual de las orquídeas silvestres de Navarra, puede ser una Orchis morio o una Orchis mascula. La aplicación PlantNet para Android, en cambio, la ha identificado como una Dactylorhiza elata.
- Foto 14. Es la flor de una rosa canina, cuyo fruto es el bien conocido escaramujo o tapaculos. En cambio, no he conseguido identificar el insecto (supongo que es un díptero) que aparece sobre sus estambres.
- Fotos 15 y 16. Son los escudos de armas que figuran en la fachada de sendas casonas de Riezu. El segundo escudo corresponde al Palacio de Riezu, convertido en una preciosa casa rural.
Corsario Negro dice
Bonita excursión Tigre !! tomo nota, yo en cambio estuve visitando las Bodegas Ysios en Laguardia, y tomando unos buenisimos caldos reserva de la variedad tempranillo y más tarde recuperando fuerzas en el Rest. Posada Mayor de Migueloa donde le dimos caña al cordero asado.
Ya veo q llega el verano y te quieres poner en forma jejeje….
Eduardo Larequi dice
Las bodegas y el cordero siempre hacen una pareja insuperable. También me anoto la sugerencia, Víctor, porque hace bastante tiempo que no vamos por la Rioja.