Las que corren los protagonistas de Sahara, de Breck Eisner, una muy entretenida película a la que hay que acercarse dejando en el guardarropa los escrúpulos de verosimilitud. Pues, en efecto, lo que importa aquí no es la credibilidad de las situaciones o las peripecias, sino las ganas de disfrutar con una historia dinámica, en general bastante divertida y que bajo su inane apariencia esconde alguna peligrosa carga de profundidad.
Sahara presenta todos los ingredientes esperables en el cine de aventuras: protagonistas valientes y atractivos, villanos crueles, escenarios exóticos (Nigeria, Níger, Mali) y un modelo argumental, la búsqueda de un tesoro de los confederados sudistas, improbablemente varado entre las arenas del desierto, que siempre rinde buenos dividendos en el cine. No hace falta ser un lince para encontrar los referentes: por supuesto, las series de Indiana Jones y James Bond (la banda sonora hace guiños más que explícitos a esta última), Tras el corazón verde, la reciente La búsqueda o incluso una serie con tan poco glamour y tanto éxito como MacGyver. Tampoco hay que ser un genio para darse cuenta de la tendencia al cómic que late en todos los títulos citados, y que aquí se pone de manifiesto en una verdadera catarata de inverosimilitudes.
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