Hacía hoy en Pamplona un tiempo muy desapacible (en el valle de Baztán ha llovido a mares y se han desbordado los ríos) y no nos apetecía ir al cine, como solemos hacer los viernes por la noche. Así que, por enésima vez, hemos puesto en el reproductor de DVD del cuarto de estar El hombre que mató a Liberty Valance, una de las mejores películas de John Ford, que es lo mismo que decir una de las mejores películas de la historia del cine.
No me siento capaz de añadir nada original a todo lo que se ha dicho y escrito sobre este largometraje, pero sí me gustaría glosar una secuencia que no se cuenta entre las más comentadas de la película. Me refiero al episodio en que el personaje del abogado Ransom Stoddard (James Stewart) imparte su clase de ciudadanía a un público heterogéneo formado por niños mexicanos y adultos analfabetos. Entre estos últimos, unos cuantos peones de los ranchos cercanos al pueblo y dos magníficos personajes secundarios: Hallie, la futura señora Stoddard, y Pompey, el empleado negro del ranchero Tom Doniphon (John Wayne, coprotagonista del film).
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