Todos los aficionados al cine recordamos a HAL 9000, la inteligencia artificial más aguda de la historia del séptimo arte, capaz de jugar al ajedrez, de sostener elevadas conversaciones con sus compañeros humanos de la nave Discovery, de sentir miedo, entusiasmo y nostalgia, y, finalmente, capaz también de disimular, engañar y matar.
Parece claro que no nos vamos a encontrar con HAL mañana mismo, a la vuelta de la esquina, pero también que cada vez estamos más cerca de conseguir tecnologías que hagan posible las maravillosas (e inquietantes) capacidades de aquella máquina. Así lo constata Julia Lavid en un libro de reciente aparición, Lenguaje y nuevas tecnologías. Nuevas perspectivas, métodos y herramientas para el lingüista del siglo XXI (Madrid, Ediciones Cátedra, col. «Lingüística», 2005).
Últimos comentarios