Esta tercera y última entrada de la serie trata, como las dos primeras, de redes informáticas, pero en un sentido muy diferente al que he empleado en aquéllas. No voy a tratar aquí de hardware, ni de software, ni de trucos o técnicas, ni siquiera de cursos de formación, sino de un concepto mucho más social, y en el fondo más interesante, de red informática.
La idea me la dio Javier Escajedo el otro día, en un comentario a la primera entrada de la serie. Él no quería hablar «de los ordenadores de hijos, cuñados, amigos», pero, «¿por qué no?», me dije a mí mismo. Al fin y al cabo, tan apasionante como las redes informáticas, con sus intrincados mecanismos de comunicación, sus protocolos, sus sistemas de autentificaciones y permisos, es esa otra trama de intervenciones, más o menos voluntarias, que el sedicente «experto en Informática» construye a su alrededor cuando la gente que mejor le conoce comienza a reclamar su asistencia.
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