Eso, o una película con dos mitades muy distintas (y de muy distinto valor) es lo que me ha parecido Salvador, de Manuel Huerga, la biografía del joven anarquista Salvador Puig Antich, ejecutado por el régimen franquista en marzo de 1974, en un episodio de extrema crueldad que casi siempre ha sido interpretado como una especie de venganza legal de un sistema político acosado, tras el asesinato del presidente del Gobierno, almirante Luis Carrero Blanco a manos de ETA, en diciembre de 1973.
Es el propio Puig Antich quien desde la cárcel, y en sucesivas conversaciones con su abogado defensor, cuenta la historia de su vida, comenzando por sus primeros contactos con los militantes del clandestino Movimiento Ibérico de Liberación, y acabando en el momento de su detención e ingreso en prisión. A partir de este momento, cambia la estructura narrativa del filme, que pasa a relatar la estancia de su protagonista en la cárcel Modelo de Barcelona y los terribles trámites del juicio, condena a muerte y ejecución.
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