En diciembre del año 2010 monté un servidor NAS personal, con la intención de convertirlo en el centro neurálgico de mi red de área local y de mis propios servicios “en la nube”. Desde entonces, no lo he utilizado tan asidua y regularmente como había previsto (en realidad me he limitado a realizar copias de seguridad manuales y operaciones de consulta online de la documentación que almaceno en dicho equipo), pero sí he podido confirmar sus infinitas posibilidades, así como la flexibilidad y versatilidad que ofrece para entornos domésticos y no tan domésticos.
Tales virtudes se han visto reforzadas en los últimos tiempos por la aparición de firmwares y aplicaciones que permiten acceder a los servicios de los NAS desde toda clase de dispositivos móviles. En mi caso, tras la actualización del firmware del NAS –un Synology DS211–, a su última versión, he instalado varias aplicaciones que me permiten acceder a dicho dispositivo tanto desde mi teléfono móvil (un Samsung Galaxy S II con sistema operativo Android), como desde una tableta iPad 2.
Últimos comentarios