Aunque en un principio tenía la intención de esperar cierto tiempo, me he animado a seguir las exhortaciones de xarxatic y olmillos, y he actualizado La Bitácora del Tigre a la versión 3.0 de WordPress, que se publicó ayer, precedida por una enorme expectación. Como el mío es un blog grande y con muchos plugins instalados (treinta, para ser más exacto), he decidido ser prudente y seguir al pie de la letra el procedimiento de actualización estándar. Es decir, hacer copia de seguridad de los ficheros de la aplicación y de la base de datos, así como de otros ficheros clave (como el wp-config.php, el .htaccess y el sitemap.xml), desactivar todos los plugins, actualizar desde el backend de WordPress y comprobar, una a una, que todas las extensiones funcionaban correctamente.
Además, he tomado una precaución adicional: hacer una copia de seguridad de todos los widgets, pues muchos de entre los que yo he definido contienen código y no son recuperables mediante las funciones estándar de WordPress. La verdad es que se trata de un trabajo bastante laborioso, no sólo porque en las cuatro zonas widgetizables que permite el tema Tarski tengo activados 23 widgets, sino sobre todo porque no existe ningún procedimiento automático (o por lo menos yo no lo conozco, y eso que ayer lo estuve buscando afanosamente) que evite el minucioso y lento proceso de copiar y pegar.
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