Recuerdo que en mis tiempos de colegio (yo hice el BUP y el COU, como antes Primaria y EGB, en los Escolapios de Pamplona, un centro del que guardo un recuerdo magnífico) había algún profesor que advertía a los alumnos que iban por Ciencias acerca de la necesidad de prestar atención a su formación humana, para evitar convertirse, el día de mañana, en lo que él llamaba «bárbaros especialistas».
Recuerdo también que algunos de mis compañeros de Ciencias, generalmente los mejores de la clase en casi todo, levantaban una ceja ante aquellas advertencias y esbozaban una mueca de escepticismo. No les cabía en la cabeza que pudieran ponerse objeciones a su elección, o que se desconfiara de su buen juicio. Al fin y al cabo, eran los mismos que de vez en cuando nos decían a los que estudiábamos Latín aquella frase lapidaria de «tontos a Letras», a la que nosotros les respondíamos (con poca convicción, me temo): «sí, porque en Ciencias ya no caben».
Existía una rivalidad abierta entre los de Ciencias y los de Letras, unos y otros orgullosos de nuestras respectivas elecciones. El enemigo común eran los pocos que motejábamos de «anfóteros«, que tenían un perfil mixto, escasamente definido y en última instancia provocador de la inquina de todos.
Los de Ciencias tenían la costumbre de «secuestrar» a alguno de Letras si éste se retrasaba en acudir a sus asignaturas específicas, y los de Letras solíamos pagarles con la misma o muy parecida moneda. Si algún alumno «secuestrado» se atrevía a esbozar una mínima protesta, ésta se acallaba con oportunas collejas, y todo ello era fuente de anécdotas sabrosísimas, que celebrábamos con esa camaradería, brutal, masculina y bastante palurda, típica de los colegios de chicos.
Eran otros tiempos, claro. No se consideraba que aquellas muestras de agresividad fueran necesariamente perversas, ni existía siquiera el concepto de «acoso», mucho menos el odioso extranjerismo del bullying. Nuestros profesores, generalmente con buen criterio, nos dejaban hacer hasta cierto punto, y sólo cuando advertían la presencia en clase de algún pobre «secuestrado», con la cabeza gacha para evitar las collejas, nos afeaban nuestra inmadurez y ponderaban lo infantil de nuestras travesuras, además de animar al chico para que acudiera a la clase que le tocaba y fuera más diligente en lo sucesivo.
Viene todo este melancólico excurso, aunque sea muy cogido por los pelos (pero esto de enhebrar temas aparentemente inconexos es uno de los muchos e indudables encantos de los blogs) a propósito de la actividad comentarista de algunos compañeros de Ciencias en La Bitácora del Tigre.
Panta y Antonio recientemente, como antes Javier García Calleja y otros colegas, demuestran con sus intervenciones que la diferencia entre gente de Letras y Ciencias sólo tiene validez a efectos puramente taxonómicos, que los buenos lectores no tienen por qué haber pasado por las facultades de Humanidades, y que ellos tal vez sean especialistas en difíciles y arcanos saberes (véase, por ejemplo, la magnífica plataforma en Moodle que ha montado Antonio Omatos en el CPR de Logroño), pero en ningún modo bárbaros.
Lu dice
Si bien es verdad que existen pequeñas comunidades que se mueven por intereses afines, también lo es que hay un tráfico de visitas, lecturas y comentarios sorprendente. Tú acabas de certificarlo. Creo que esa es una de las ventajas de los blogs, la expresión libre del pensamiento.
Antonio Omatos dice
Esto no tiene mucho que ver con el artículo.
El otro día me comentabas la adicción que tiene esto de los blogs, hoy me he sorprendido a mi mismo al perderme la final de la Champions por estar leyendo una serie de blogs (entre ellos éste).
También he estado investigando sobre plugins de wordpress para crear galerías de fotos. Por lo que veo usas FAlbum, he visto uno que me ha gustado NextGEN Gallery:
http://alexrabe.boelinger.com/?page_id=80
Supongo que ya lo habrás probado y cuando te has decidido por FAlbum, será por algo ¿cual es ese algo?.
Gracias por lo del Moodle. La verdad es que instalar el Moodle es realmente sencillo lo que realmente cuesta trabajo es hacer los cursos y dotarlos de contenido. Lo que más me gratifica de esto es ver los registros de las actividades y comprobar para sorpresa mía, que hay mucha gente que entra a ellos. Esperemos que les sirvan de algo.
Javier García Calleja dice
Dicen que «la especialización es cosa de insectos…» (Buen trabajo)
Eduardo Larequi dice
Pues sí, Lu, las caprichosas y misteriosas relaciones que se establecen entre blogs, sus autores y visitantes son una de sus características más fascinantes. A mí, además, me gusta ser un poco disperso, o quizás debiera decir que me aburre tratar siempre de lo mismo, o desde las mismas perspectivas. La dispersión tiene muchos inconvenientes, es verdad, pero también algunas ventajas.
Ese plugin lo conocía ya, Antonio, y de hecho es uno de los mejores para crear galerías de fotos y administrarlas. Pero a mí me interesaba sobre todo un plugin que se integrara bien con Flickr, y no estoy seguro de que este plugin tenga la capacidad de leer las colecciones que tengo en ese servicio. De todas formas, lo voy a probar, porque tiene muchas posibilidades, y puede sustituir ventajosamente a otros complementos que tengo instalados.
Antonio Omatos dice
Eduardo conoces PictoBrowser (http://www.db798.com/pictobrowser/) para crear galerías de Flickr, es muy similar a flickrSLIDR. Lo puedes ver en funcionamiento en mi blog (http://www.cprlogrono.org/asesor/antonio/wordpress/).
Eduardo Larequi dice
He instalado el NextGen Gallery y me ratifico en lo que dije antes: un plugin espléndido, con enormes posibilidades, pero que de momento no tiene la capacidad para leer las colecciones de Flickr. No obstante, sus creadores han anunciado que entre sus tareas pendientes está la de la integración con Flickr.
También he probado el PictoBrowser. Las presentaciones que genera son muy elegantes. Seguramente publicaré algún día de estos una presentación basada en él. Muchas gracias por la sugerencia, Antonio.
motril dice
Que bonito es tu blog.
Richard
Eduardo Larequi dice
Pues me alegro de que te guste, Richard. A mí también me gusta mucho tu tierra, y de hecho es muy probable que pase las vacaciones por ahí abajo, en Motril o sus cercanías.