En una breve y atinadísima entrada de Boulé, Miguel Santa Olalla presenta hoy 5 motivos para prestar atención a las bitácoras, todos ellos de especial pertinencia en el ámbito educativo. Las cinco razones son tan sólidas y están tan bien expuestas que resulta muy difícil aportar algún matiz. No obstante, voy a arriesgarme a formular una sexta, que en cierta medida conecta con la segunda que aduce Miguel: la idea de la adicción a los blogs, de que los blogs generan entusiasmo, que enganchan.
Y no lo digo por mí, que tengo mono de blog incluso cuando estoy dormido, que vivo por y para la bitácora, que me dejo las yemas de los dedos ante el teclado y voy hablando solo por la calle, imaginando temas para nuevas entradas, funciones que completar con diversos plugins, novedosos mecanismos de interacción y diálogo con mis lectores, sino por dos compañeros del trabajo a los que en la última semana he ayudado a montar sus respectivos artefactos blogueros.
En efecto, mis dos colegas se han quedado con la boca abierta por la rapidez con que se puede crear un blog, retocar la presentación y generar contenido. Los dos se han lanzado a la aventura con pasión y, sobre todo uno de ellos, con una osadía admirable. Hoy me decía, con sinceridad nada fingida: «me estoy asustando de cómo engancha esto».
A finales de este mes de noviembre tengo previsto impartir un curso intensivo de blogs para un círculo reducido de usuarios con amplia experiencia en gestores de contenidos. Pienso meterles toda la caña que pueda (así, dicho a lo bestia), y someter a la plataforma donde vamos a hacer nuestras pruebas a las torturas más refinadas que quepa imaginar. Además de comprobar y estimular su nivel de adicción a los blogs, quiero oír sus sugerencias, escuchar sus propuestas, ponerles, una y otra vez, ante la misma tesitura: ¿qué se os ocurre que se podría hacer con este invento, en clase y con los alumnos?
Joselu dice
Entiendo tu reflexión sobre lo adictiva que es la actividad de tener un blog. Me pasa lo mismo. Mucho de lo que pienso es para intentar dar contenido a esta ventana fabulosa que te conecta con el mundo. Sufro sequías imaginativas y lo paso fatal y pienso en dejarlo, pero algo me une a esta aventura inimaginable en otros tiempos. Otro tema es qué hacer con esta herramienta fantástica con nuestros alumnos. Yo creo un blog de la clase en el que cuelgan sus comentarios y les incito a crear sus propias bitácoras personales. El problema es que dada su escasa reflexión personal y su falta de cultura, todo unido, hace que sus bitácoras sean intrascendentes, anodinas (siempre hay alguna sorpresa), y al poco tiempo terminan por no saber qué decir. Desaparecen con la misma velocidad con que han sido creadas. Una alternativa sería ser yo quien les propusiera temas para desarrollar en su espacio personal, pero no sé si le quitaría magia a la experiencia, que se convierte en un horror de faltas de ortografía y signos sacados de los mensajes de móvil. Ciertamente me gustaría saber cómo otros compañeros utilizan las posibilidades de los blogs con los alumnos. Un cordial saludo. Te suelo leer aunque no te deje comentarios.
jesús dice
Cuidado, Eduardo, describes una enfermedad de etiología quijotesca. ¿Versión siglo XXI del entremés de romances?
Bendita locura en todo caso.
Eduardo Larequi dice
Creo que para mantener abierto el blog hacen falta unas gotas de chaladura (bendita o no, eso es discutible), una pizca de osadía y mucha, mucha persistencia. Además, se requiere cierto gusto por la escritura y en la escritura, ánimo para sobrellevar los bajones y buena disposición hacia los colegas de afición.
Todo esto, claro está, no se les puede pedir a los alumnos de Secundaria y Bachillerato sin más ni más. Los chicos de esta edad se resisten a la escritura, a la disciplina de la constancia y al respeto a las normas, como es lógico y normal. Y no por estar su profesor à la page de la tecnología y de la metodología se van a resistir menos.
Pero, bueno, la lucha entre lo que el profesor quiere sacar de sus alumnos y lo que ellos quieren dar es una constante en nuestra profesión desde que existe. Tiene algo de batalla contra molinos de viento, pero también de reto del que uno y otros deberían salir fortalecidos y mejorados.
serenus dice
Coincido con vuestras apreciaciones..
1. Los blogs son adictivos.. -y mucho-
2. Hay que estar un poco chalado para mantener un blog.
Pero..
sin duda obligan a pensar y a cuidar la expresión de aquellos que se piensa.
Una duda técnica.. por qué mi blog se visualiza perfecto con firefox y netscape, y sin embargo con Explorer no se carga la columna de la derecha con las direcciones, temas..
Sin no es gran molestia y me puedes dar la solución..pues se agradece.
por cierto par poder escribir en el campo de tu protección anti-spam con firefox basta con mantener pulsado clic en el ratón dentro del campo
un saludo
Eduardo Larequi dice
Yo he leído tu blog con Explorer 7, Opera, Mozilla, Seamonkey y Flock, y se ve tan bien como con Firefox. A lo mejor utilizas Explorer 6, que es menos cumplidor de los estándares que cualquiera de los otros. El saber por qué ya es más difícil. Además, yo no tengo Explorer 6 para comprobarlo.
Gracias por el truco, Serenus.
serenus dice
Gracias Eduardo¡¡
eso es rapidez en contestar..
seguiremos visitando un blog tan amable como interesante.
Eduardo Larequi dice
El mono, esto es el mono bloguero.
Lu dice
Adictivo sí es, pero creo que la adicción al blog viene por la adicción a la escritura, a la necesidad de poner orden a las ideas, de informar, polemizar, conversar, disuadir, publicitar…
No hay bloggero si no hay detrás alguien con el estímulo de decir, de conversar… por escrito.
Una vez ese requisito se cumple, hace falta tiempo y constancia que son los dos secretos que hacen que un trabajo obtenga sus frutos.
No hay bloguero sin uno y otro. Son requisitos indispensables.