La Bitácora del Tigre se complace en anunciar a todos sus fieles seguidores y seguidoras la publicación de la entrada que hace el número 800 del blog. Esta pasada primavera se cumplieron siete años de existencia de mi sitio web predilecto, y aunque su ritmo de escritura y publicación se haya visto notablemente disminuido con respecto a sus momentos más fructíferos (véase, a este respecto, el índice de entradas por fechas, que muestra cifras más elocuentes que cualquier explicación), todavía me quedan ganas y palabras para seguir rugiendo un rato más.
Alguna vez he dicho en este mismo blog que una de las razones de mi cada vez menor producción es la competencia que me hago a mí mismo con todo tipo de actividades y tareas de edición, administración, y mantenimiento de sitios web. En este ámbito se ven obligados a convivir el éxtasis con el tormento, el gozo con el sufrimiento, la devoción con la obligación; por eso, creo que todos mis lectores comprenderán el argumento de que, si alguien invierte varias horas al día (todos los días, prácticamente sin excepción, a menudo incluso en vacaciones) manteniendo, actualizando y dando soporte a los sitios de otros, cuando llega a casa no le quedan muchas ganas de seguir escribiendo en los suyos propios.
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