Como he sido muy bueno y muy formal a lo largo de este año que está a punto de acabar, le he pedido a mi particular Papá Noel-Olentzero-Niño Jesús (no hago distingos entre ellos, por eso del multiculturalismo tan de moda en estos tiempos), que me hiciera un bonito presente de Nochebuena. El regalo ha colmado todas mis expectativas: nada más y nada menos que un flamante iPod Touch de 16 GB.
La primera impresión es deslumbrante: un aparato pequeño, elegantísimo, ligero pero al mismo tiempo sólido y resistente, que se configura en un periquete (incluida la conexión WiFi, asunto problemático en otros dispositivos) y se maneja de forma radicalmente intuitiva, con una facilidad extraordinaria. Tanto es así, que mi sobrina Leyre, que no llega a los seis años, descubrió por sí misma cómo redimensionar las ventanas del navegador Safari utilizando los dos dedos, y le faltó tiempo para contarme, alborozada, su descubrimiento.
Pero para descubrimientos (bastante menos inocentes que los de mi sobrina), los que yo he llevado a cabo en los últimos dos días. Y es que el iPod Touch se puede hackear para añadirle un montón de funciones no precisamente bendecidas por el departamento comercial de Apple. Lo primero que hay que hacer es someterlo a la técnica del «jailbreak» (o ‘excarcelamiento’, si se me admite la traducción), para liberarlo de las restricciones impuestas por el fabricante. El proceso, que está contado en este tutorial (en inglés), pasa por instalar un firmware anterior a la versión que viene en el reproductor (la 1.1.2, en mi caso) y sobre ella instalar un gestor de paquetes. Una vez hecho esto, se puede volver a actualizar el firmware a la versión original. Quienes no dominen la lengua de Shakespeare pueden leer un tutorial resumido en Cómo hacer downgrade a la versión 1.1.1 del iPhone-iPod Touch, y otro sobre la misma técnica, pero en el iPhone, en Jailbreak mejorado para 1.1.2 (Mac y Win).
El proceso no es del todo sencillo (de hecho, he estado tentado de arrojar la toalla un par de veces), porque todos los tutoriales que he consultado tenían algún pequeño fallo o imprecisión, y porque tanto el hardware del aparato como el software eran nuevos para mí. Por ejemplo, me ha costado Dios y ayuda poner el iPod en «modo de recuperación», para lo cual he tenido que acudir a un breve tutorial en el sitio web de Apple (también en inglés). Sin embargo, mi testarudez se ha impuesto una vez más a las dificultades, y tras un laborioso dale-que-te-pego a base de prueba y error he conseguido «excarcelar» el iPod Touch.
A partir de aquí, todo ha sido mucho más fácil: he instalado el gestor de paquetes (véase la Guía para instalar NES roms y iPhone Apps en el iPod Touch) y he empezado a hacer experimentos. De momento, sólo he instalado un software de captura de pantallas (aparece descrito en el artículo Screenshot, captura la pantalla de tu iPhone/iPod Touch), con el fin de hacer las instantáneas que figuran al final de este artículo, y tres o cuatro juegos. La conexión WiFi se porta estupendamente en el proceso de descarga de paquetes, y las instalaciones tienen lugar con una limpieza y eficacia asombrosas.
Algo más difícil me ha resultado conectarme por SSH al iPod Touch (tarea que también cuenta con su correspondiente tutorial) para descargarme las imágenes e insertarlas en el blog: de manera harto misteriosa, la contraseña que por defecto utiliza el módulo SSH no funciona a la primera, sino al segundo o tercer intento; por otro lado, tras fracasar con el WinSCP y el Putty, sólo he conseguido conectarme con Filezilla. En cualquier caso, ya tengo el iPod configurado y a punto de caramelo, para jugar con él y, sobre todo, para dedicarlo a lo que más me gusta: oír la enorme cantidad de discos que con el tiempo he ido convirtiendo a MP3. Lástima que los 16 GB. de memoria flash con que cuenta el aparato sólo me sirvan de aperitivo, pero habida cuenta de que no me gusta demasiado escuchar la música con los cascos puestos, tengo espacio de sobra.
Por cierto, al conectarme por SSH me he dado cuenta de que la estructura de directorios del iPod es típica de un Linux. Buscando información al respecto, me he enterado de que su sistema operativo, como el OS X de sus primos mayores, los Mac, es una variante de un sistema Unix. Por lo que parece, cada día que pasa me quedan menos argumentos para que mi próximo portátil lleve en su tapa el icono de la manzana. Cuando finalmente caiga en la tentación, espero que el destino no me castigue convirtiéndome en el único hombre sobre la tierra, como el Doctor Neville de Soy leyenda, que también tiene en un laboratorio una colección de espectaculares Mac. A la espera de que el portátil actual se me rompa o me lo roben, a ver si me da tiempo de publicar, antes de fin de año, un articulillo sobre la película y la novela.
luis barriocanal dice
Pues enhorabuena, Eduardo. Estoy en un hotel con wifi gratis y es una gozada leerte. Las aplicaciones de iPhone como mail, Maps o el Tiempo van de cine y pueden ponerse en español. Hay algunas referencias en http://del.icio.us/lbarriocanal/ipodtouch .
Y si te vas a comprar un Mac recuerda que en Universia hay precios especiales para profes y estudiantes http://www.universia.es/apple/
Eduardo Larequi dice
Desde ayer estoy detrás del Mail y del Maps. En cuanto los consiga, lo haré saber en el blog. Gracias, otra vez, por la referencia de Universia, pero el Mac se hará esperar. No tengo verdaderas razones, al menos todavía, para cambiar de portátil. En todo caso, el ejemplo del iPod es alentador.