Seguro que habrá muchos colegas docentes que cuando se enteraron, hace ya algunas semanas, de la publicación de Usos educatius dels blogs. Recursos, orientacions i experiències per a docentes, de Francesc Balagué y Felipe Zayas, sintieron cierta pereza ante la perspectiva de leerlo en catalán. Ese, lo confieso, fue mi primer pensamiento cuando supe por el blog de Felipe de la aparición de este libro. El segundo tuvo un carácter más práctico: como suponía que sería casi imposible encontrarlo en las librerías de Pamplona, decidí comprarlo en el sitio web de la Editorial UOC.
Yo no hablo catalán ni siquiera en la intimidad, pero no me ha costado ningún esfuerzo leer esta utilísima guía. De hecho, recogí el libro ayer por la tarde, y para el mediodía de hoy ya lo tenía leído y anotado. La exposición de los conceptos es clarísima, el desarrollo de los epígrafes sigue un orden tan sistemático como eficaz, y la brevedad de la mayor parte de los párrafos permite una lectura fluida. Quizás los docentes castellanoparlantes que todavía no se hayan acercado al ámbito de los blogs tengan alguna dificultad añadida, pero los que ya hemos transitado el terreno por donde pisan Balagué y Zayas podemos reconocer perfectamente sus huellas y las muchas y provechosas pistas que van dejando en cada uno de los epígrafes.
Articulado en ocho capítulos y un par de apéndices (un programa para un posible «taller de blogs» y la siempre necesaria recopilación de los enlaces mencionados a lo largo del libro), Usos educatius dels blogs constituye una guía de referencia insustituible para todos aquellos docentes que se hayan planteado la posibilidad de utilizar un blog como recurso didáctico. Aunque incluye varios capítulos sobre características de los blogs y de sus más conocidas plataformas de publicación, así como una información sobre distintas herramientas y dispositivos vinculados a su práctica habitual (podcast, sindicación, marcadores sociales, clientes para blogs, etc.), no se trata en absoluto de una obra de carácter técnico, sino esencialmente educativo, y aquí reside, creo yo, su principal virtud, pues sus autores tienen presente en todo momento los planteamientos, motivaciones y necesidades de los docentes que se hallan, por decirlo con expresión nítidamente blogosférica, «a pie de aula». Por ejemplo, la fundamentación pedagógica del uso de los blogs en las actividades didácticas, que ocupa una parte sustancial del capítulo 2 (en concreto, las páginas 40-44), es extraordinariamente sugestiva. Lo mismo puede decirse del enfoque que preside el capítulo 4, en el que se presentan las actividades, los aprendizajes promovidos por los distintos tipos de blogs (de aula, de profesor, individuales, colectivos) y los papeles que en unos y otros desempeñan profesores y alumnos, en función de las reflexiones previas de los docentes sobre lo que desean conseguir con estas herramientas.
Los destinatarios naturales de este libro agradecerán algunas estrategias expositivas, como por ejemplo las preguntas planteadas al principio de cada capítulo, que simulan correos electrónicos de profesores y profesoras interesados en comenzar a utilizar los blogs en sus clases. El recurso se utiliza también en el capítulo 8, aunque en esta ocasión adopta la forma de una FAQ (en catalán «PMF, preguntes mès freqüents»), con sus respuestas correspondientes. En el planteamiento de las preguntas (que todos los que hemos dado cursos sobre uso educativo de los blogs hemos escuchado con frecuencia) y en las muy sensatas respuestas que proporcionan Balagué y Zayas se advierte que ambos no sólo tienen experiencia en la práctica educativa del blog, sino que han meditado mucho (y lo han hecho muy bien) antes de abordar sus iniciativas y proyectos.
De especial interés para cualquier docente interesado en iniciarse en el uso educativo de los blogs es el capítulo 5, donde se presentan las fichas descriptivas de trece experiencias didácticas de blogs educativos, con un claro predominio de su vertiente pedagógicamente más provechosa (y probablemente más difícil de llevar a la práctica), el blog de aula. Los blogs elegidos, que cubren varias etapas educativas y diversas áreas curriculares, son obras de toda garantía, avaladas por la trayectoria de sus responsables (profesores y profesoras como Lucía Álvarez, Néstor Alonso, Lourdes Domenech, Javier Escajedo, Angus Iglesias, Jesús Serrano o Isidro Vidal, y que me perdonen quienes no figuran en esta lista) y la seriedad y rigor de sus planteamientos.
Aunque las ideas y experiencias que se desarrollan en el libro son válidas para todas las materias y disciplinas, yo creo que quienes más pueden aprovecharlas son los profesores y profesoras que imparten áreas curriculares más directamente asociadas a la expresión lingüística, pues los blogs son, a pesar de su enorme capacidad de integración de elementos multimedia, herramientas de publicación esencialmente basadas en texto. Desde esta perspectiva, hay algunas propuestas simplemente geniales, como por ejemplo el blog de alumno multifuncional, válido para diversas áreas, que aparece descrito en la página 49. O como las reflexiones del epígrafe 4.2.3, «Blogs i competència en comunicació lingüística», en el que la relación entre la inigualable facilidad de publicación de un blog y su capacidad para dar soporte a producciones textuales en situaciones comunicativas reales queda de manifiesto con una claridad ejemplar.
Dicho todo lo cual, creo que hay algunos aspectos mejorables en la obra. Quiero anotarlos aquí con ánimo constructivo, entre otras razones porque así me comprometí a hacerlo en el comentario que hice a la entrada donde Felipe Zayas anunciaba la aparición del libro. El más llamativo es el índice, cuyas referencias de páginas no se corresponden con las del contenido de la obra; es un despiste gordo, que probablemente no es imputable a los autores, pero que desde luego afea el resultado final. Tampoco me convence mucho (pero admito que esto va en gustos) el afán de ilustrar determinados puntos de la exposición con un muñeco al estilo de los que aparecen en las obras «for dummies» o «para torpes». La obra ya es suficientemente clara y legible por sí misma para requerir ese tipo de recursos, que le dan un aire innecesariamente infantil.
Otros puntos objetables están quizá motivados por el propósito divulgativo del libro. A tal efecto se puede admitir, por ejemplo, la agrupación de plugins y widgets como complementos del blog (p. 34), pues es evidente que ambos lo son. Sin embargo, se trata de soluciones esencialmente distintas que, a mi modo de ver, se deberían abordar separadamente. Algo confuso me ha parecido también el epígrafe 3.3, en el que se menciona WordPress como ejemplo de plataforma de blogs (página 58); en realidad, WordPress es un CMS especializado en la creación y publicación de blogs. Más adelante (página 65), se señala que de WordPress hay tres versiones (WordPress.com, WordPress.org y WordPressMU), diferencia que, lejos de aclarar la situación, todavía la hace más enrevesada y difícil de comprender. Creo que hubiera sido mucho más sencillo decir lo siguiente: que WordPress tiene una versión para publicación de blogs individuales en servidor (WordPress a secas) y otra versión multiblog (WordPressMU o WPMU) y que es justamente la versión multiblog la que hace posible una plataforma de blogs tan enorme y global como WordPress.com (y otras más próximas y menos ambiciosas, como Educastur Blog, AraBlogs o XTECBlocs). Por último, el capítulo 3.3.6, «Altres plataformes», es un verdadero cajón de sastre en el que cabe de todo: herramientas de creación de portales como Drupal y Joomla, un LCMS tan conspicuo como Moodle y hasta un servicio web recientemente fallecido, como Lynksee.
Con vistas a una próxima reedición de este manual (¿a lo mejor en castellano?), no será difícil retocar estos pequeños fallos, y ya de paso ampliar algunos contenidos. Se me ocurre, por ejemplo, que no vendría mal tratar con más detalle la inserción de contenido multimedia, incluir un breve muestrario analítico de distintos tipos de entradas y páginas, o mostrar los diferentes tipos de estructuras de navegación y presentación del contenido que pueden darse en un blog educativo.
Francesc Balaguéy Felipe Zayas, Usos educatius dels blogs. Recursos, orientacions i experiències per a docents, Barcelona, Editorial UOC (Col. «Dossiers Did@c-TIC’s»), 2007, 156 páginas.
Felipe Zayas dice
Parece que hemos salido bastante bien librados del atento análisis y detenido comentario que has hecho al libro. Te agradezco especialmente las sugerencias de mejora para una posible segunda edición (o para su versión al castellano). Saludos.
Lu dice
Un apunte más…
El texto está escrito en catalán y, en esta lengua, el término admitido es «bloc» y no «blog». Y claro está, el derivado es «blocaire». Si Felipe y Francesc apuestan por el anglicismo, éste debería aparecer en cursiva.
Así, en catalán, tampoco es frecuente el uso de «entrada» sino «article». Aunque sobre este particular, no me consta que el TERMCAT se haya pronunciado.
http://www.termcat.cat/
Eduardo Larequi dice
Yo no soy la persona más autorizada del mundo para opinar sobre qué término es más apropiado en catalán, pero de la misma manera que en castellano decimos «Usos educativos de los blogs», con un anglicismo que ha hecho fortuna, ¿por qué en catalán no se va a utilizar también?
A este respecto, creo que mi propia experiencia puede tener interés: cuando comencé con el blog, empecé siendo muy purista; sin embargo, con el correr del tiempo y el afianzamiento de mis habilidades blogueras, utilizo ahora de forma casi exclusiva «blog», y sólo empleo «bitácora» para el título y para evitar repeticiones.
Felipe Zayas dice
La responsabilidad de la traducción del texto (que se escribió en castellano) es de la editorial.
Saludos.
francesc dice
Muchas gracias por la cita y la crítica Eduardo.
Jejeje Lu, entiendo que es un tema polémico entre lo formalmente aceptado (termcat) y el vocablo original aceptado por los usuarios de blogs. Pero como dice Felipe al final fue decisión de la editorial.
Saludos!