Con la publicación de la que por el momento es su última novela, Lorenzo Silva parece consolidarse como uno de los escritores más prometedores de su generación. A pesar de su juventud (nació en 1966), el novelista madrileño es autor de una obra ya bastante nutrida, que comprende doce novelas (tres de ellas específicamente destinadas al público juvenil) y dos libros de viajes .
El éxito de su narrativa (El nombre de los nuestros va por la cuarta edición, se reeditan sus primeras novelas y se preparan adaptaciones cinematográficas de El lejano país de los estanques y El alquimista impaciente) se debe en primer lugar al hecho de que Lorenzo Silva es un escritor muy bien dotado para la narración, con un talento innegable a la hora de urdir historias y crear personajes que interesan al lector desde la primera línea. Ahora bien, también es cierto que al menos una parte significativa de su narrativa tiene una clara orientación comercial (perceptible, por ejemplo, en los dos últimos títulos citados, que en cualquier caso no dejan de ser novelas policíacas amenas y muy bien construidas), y que además Silva ha mostrado una gran habilidad para conectar con las inquietudes e intereses de las últimas promociones de lectores, tal como demuestra no sólo su dedicación al ámbito de la literatura juvenil, sino también su participación en el desarrollo de La isla del fin de la suerte, una novela interactiva en Internet.
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