Juanjo Muñoz Lorencio acaba de publicar una entrada sobre Publicidad en los blogs que me ha hecho pensar sobre la conveniencia y oportunidad de la inserción de anuncios en las bitácoras no profesionales, es decir, aquéllas cuyos autores no viven de su producción bloguera. Creo que es necesario hacer este distingo, porque, si hay negocio de por medio, la discusión no debería ni siquiera suscitarse: quien vende un producto (que puede ser el propio blog), tiene todo el derecho a utilizar las estrategias comerciales que le parezcan adecuadas, sin otras limitaciones que las que le impongan las leyes vigentes y su propia conciencia. Ya se encargarán los visitantes de juzgar, en uso de su interés como potenciales clientes, si los servicios o productos que vende el blog merecen la pena o no.
Juanjo critica el uso de publicidad en los blogs con un apasionamiento muy sugestivo y argumentos no exentos de humor, aunque desde mi punto de vista un tanto cogidos por los pelos:
Veo la publicidad en los blogs igual que si, leyendo El Quijote, en los márgenes de las páginas me encontrara publicidad de los excelentes quesos manchegos, o cualquier cuadro de Rubens incluyera el ad sense de alguna clínica de cirugía estética. No, no me gusta nada y sí, creo firmemente que la publicidad devalúa los blogs. Y lo digo como lector de bitácoras, no pretendo adoctrinar. Es verdad, yo no pago alojamiento por el blog, y más de uno justifica prestar su bitácora a anunciantes con el pretexto de recuperar algo de lo invertido. Pero ni así me sirve. Un blog es un regalo o no es un blog, o es una actividad romántica ajena al mercado o forma parte de él. No me gusta verlos convertidos en vallas publicitarias en cuanto tienen un poco de éxito o nada más nacer. Insisto, hablo como lector.
Últimos comentarios