Durante las tres últimas semanas he estado muy ocupado con una de esas tareas pesadas y estresantes que los webmasters aficionados aborrecemos: la transferencia de dominios y sus correspondientes sitios web entre diferentes compañías de alojamiento. Al final, la nueva mudanza de los dominios lenguaensecundaria.com y labitacoradeltigre.com ha sido mucho menos conflictiva que la anterior (para algo sirve la experiencia, y sobre todo los escarmientos que en su momento experimenté en cabeza propia). Aun así, he pasado muchas horas afinando numerosos detalles de La Bitácora del Tigre, del Blog de aula para la exportación (que, muy modificado con respecto a su anterior existencia, a partir de ahora responde a un subdominio propio), del catálogo online de mi biblioteca, de Lengua en Secundaria y de la versión reducida de dicho portal en Joomla.
Todavía quedan muchos retoques, pero el trabajo más pesado ya está realizado. Toca ahora ir recuperando la productividad bloguera de tiempos pasados, a cuya patente disminución ya me he referido en varios artículos recientes, como Miré los muros de la patria mía y Con los mejores deseos para el 2013. Creo que nunca podré volver al vertiginoso ritmo de publicación de los momentos más productivos de la historia de este blog (por ejemplo, el año 2007, con unos increíbles 197 artículos), pero me he hecho a mí mismo la promesa de publicar regularmente, aunque sean notas breves y no entradas tan largas como las que durante la mayor parte de la existencia de La Bitácora del Tigre tenía por costumbre escribir.
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