Si usted, amable lector, pasa por una grave enfermedad, o acaba de salir de un penoso divorcio, si sufre la separación de sus seres queridos, y ha perdido el entusiasmo por la vida («Estaba buscando un sitio tranquilo para morir», es la primera frase del libro), si le penan sus errores y cree que no merecen disculpa, lea, por favor, Brooklyn Follies, del escritor y cinesta norteamericano Paul Auster. Lea esta novela gozosa, divertida, folletinesca y descaradamente cotilla, que vuelve a confirmar una vez más, por si necesario fuera, el acierto de Truman Capote cuando afirmó que toda la literatura es, al fin y al cabo, cotilleo. Disfrute, estimado lector, con los tipos peculiares que pueblan este Brooklyn convertido por la mano maestra de Paul Auster en un barrio entrañable y próximo, con su variopinta población de cien lenguas y nacionalidades, con sus penas y alegrías, con sus conmovedoras historias, y sus no menos conmovedoras historietas.
Porque Brooklyn Follies es una celebración de la vida, un precioso relato de cómo la vida puede imponerse a la desesperanza, a la derrota, y alumbrar en el otoño de la existencia del hombre más triste, de la mujer más abandonada, el fulgor de una alegría inesperada, de una nueva ilusión. Brooklyn Follies es también una celebración del poder de la literatura, un canto a la capacidad de la fabulación para hacer del mundo un lugar más habitable, más digno de ser vivido. Pues así ocurre entre los personajes de esta novela: que cuando parecen no encontrar salida a sus cuitas, viene alguien y cuenta una historia, y esa historia se ramifica en otras, adquiere vida propia, saca al personaje de su estupor, y le hace vivir de nuevo.
[Leer más…] acerca de Celebración de la vida y de la ficción
Últimos comentarios