En la reseña de su segunda novela anuncié mi propósito de dar cuenta de toda la serie policíaca de John Connolly, formada por Todo lo que muere, Perfil asesino, El poder de las tinieblas y El camino blanco. También señalé entonces que tal vez tendría que recurrir a comprar sus dos primeras novelas por Internet, porque no las encontraba en las librerías de Pamplona.
Era un temor infundado, porque el 3 de julio conseguí los dos libros que me faltaban. Saltándome el orden que había fijado en mi particular lectura inversa de la serie, decidí leer en primer lugar Todo lo que muere, no sólo porque, según unos cuantos comentaristas, es una de las mejores, sino sobre todo porque en ella se configuran todos los rasgos constitutivos del mundo hiperviolento y obsesivo de su protagonista, el investigador y ex policía Charlie Parker.
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