
La serie fotográfica que figura a continuación corresponde a nuestra visita a las Cataratas del Iguazú, los días 16, 17 y 18 de julio. Como casi todas las de nuestro viaje argentino, también ésta la hicimos a matacaballo, con un ritmo infernal que casi no nos dejó tiempo para comer ni descansar. Y a fe mía que la visita a Iguazú le deja a uno exhausto, no sólo por los recorridos que hay que hacer arriba y abajo (especialmente en el lado argentino), sino porque el entorno es tan bello, tan lleno de maravillas, que el visitante siempre está a riesgo de sufrir algo así como la versión naturalista del Síndrome de Stendhal.
De las imágenes que componen la serie, las primeras sesenta fueron tomadas durante la tarde del día 16, en que llegamos al hotel donde nos alojábamos, en el interior del Parque Nacional Iguazú y, tras un somero almuerzo, cruzamos la frontera brasileña para ver las cataratas desde su lado occidental, viaje en helicóptero incluido (por cierto, corto y carísimo). Poco hay que decir sobre las cascadas que no se haya dicho ya un millón de veces, pero sorprende al visitante (y por supuesto al autor de este blog) la cantidad de pájaros y animales que se ven por todas partes, algunos muy acostumbrados a la presencia humana, como los divertidos coatíes o las parlanchinas urracas de cresta alborotada. Naturalmente, son un blanco fotográfico irresistible.
Podrá apreciarse que el resto de las fotos, especialmente las que corresponden a los números 61-88, tienen una tonalidad muy distinta a las ya aludidas, porque el día 17 de julio amaneció totalmente encapotado, y durante las ocho horas de nuestro recorrido por el lado argentino, no dejó de llover en ningún momento. Muchas de las fotografías están empañadas por la bruma o incluso por las gotas de agua que caían sin pausa ni remedio; en algún momento creí que la cámara de fotos no sería capaz de sobrevivir al diluvio de Iguazú, pero, por lo que he podido comprobar, ha salido indemne.
Las últimas fotografías tienen como escenario el sendero Macuco, que nosotros recorrimos a buen paso la mañana del día 18, antes de coger el avión de vuelta a Buenos Aires. Solitario, umbroso y algo inquietante al comienzo (pues hay avisos sobre animales peligrosos, entre los que se citan los pumas y los jaguares), el sendero es bellísimo. Además, con un poco de paciencia, el turista puede ver y fotografiar toda clase de pájaros, mariposas y mamíferos; algunos, como los agutíes que aparecen en tres imágenes de esta serie (las instantáneas muestran al menos dos ejemplares diferentes), pasean con bastante desparpajo a poca distancia del fotógrafo.
Calandria común (Mimus saturninus), en la terraza del Hotel Sheraton Un benteveo común (Pitangus Sulphuratus), en la terraza del Hotel Sheraton Tero común (Vanellus chilensis) en el jardín del Hotel Sheraton Urraca de cresta alborotada (Cyanocorax chrysops) y, tras ella, un benteveo Urraca de cresta alborotada 1 Urraca de cresta alborotada 2 Urraca de cresta alborotada 3 Urraca de cresta alborotada 4 El helicóptero en el que volamos sobre las cascadas de Iguazú El helicóptero, a punto de despegar Detalle del helicóptero Bell JetRanger III En el interior del helicóptero Vista área del río Iguazú y la selva colindante Saltos del lado argentino. En primer término, la isla San Martín La Garganta del Diablo, desde el lado brasileño Otra vista aérea de la Garganta del Diablo desde el lado brasileño Coatí (Nasua nasua) en Parque Nacional do Iguaçu Coatí buscando comida en una papelera del Parque Nacional do Iguaçu Un coatí con el envoltorio de una chocolatina Mariposa ochenta y ocho (Diaethria clymena), así llamada por las manchas de sus alas Una mariposa zafiro (Doxocopa laurentia) Saltos argentinos vistos desde el lado brasileño Turistas en uno de los balcones del lado brasileño Panorámica de los saltos argentinos y la isla San Martín, desde el lado brasileño Otra panorámica de los saltos argentinos Tercera panorámica de los saltos argentinos Selva del Iguazú y saltos argentinos El río Iguazú fluye tras atravesar los saltos argentinos Saltos argentinos y selva del Iguazú. Se aprecian las perchas de los zopilotes Una de las lanchas que llevan a los turistas casi hasta la base de las cascadas Una panorámica más cercana de los saltos argentinos y la isla San Martín Las cataratas de Iguazú rodeadas por la selva Panorámica de la multitud de saltos argentinos Un zopilote en vuelo sobre las cascadas Pequeños y grandes saltos Panorámica del salto San Martín Salto San Martín y río Iguazú Las cascadas y sus diversos niveles 1 Las cascadas y sus diversos niveles 2 La bruma de las cascadas entre la selva 1 La bruma de las cascadas entre la selva 2 El agua cae entre las rocas basálticas El río Iguazú, tras sobrepasar los principales saltos 1 El río Iguazú, tras sobrepasar los principales saltos 2 Arco iris entre las cascadas 1 Arco iris entre las cascadas 2 Uno de los miradores más espectaculares del lado brasileño Pasarelas y miradores de las cascadas, en el lado brasileño Detalle del agua que se precipita por las cascadas Imposible evitar la mojadura de la cámara Base de las cascadas, en el lado brasileño 1 Base de las cascadas, en el lado brasileño 2 Base de las cascadas, en el lado brasileño 3 Base de las cascadas, en el lado brasileño 4 El Tigre, pasado por agua El lado brasileño de las cascadas iluminado por el sol vespertino La selva del Iguazú, al atardecer Panorámica de las pasarelas y miradores del lado brasileño Asomándonos a la Garganta del Diablo 1, desde el lado argentino Asomándonos a la Garganta del Diablo 2, desde el lado argentino Panorámica de la Garganta del Diablo, desde el lado argentino Aguas furiosas en la Garganta del Diablo 1 Aguas furiosas en la Garganta del Diablo 2 Aguas furiosas en la Garganta del Diablo 3 Aguas furiosas en la Garganta del Diablo 4 Bruma en la Garganta del Diablo 1 Bruma en la Garganta del Diablo 2 Pilar y Eduardo, ante la Garganta del Diablo Saltos brasileños en la Garganta del Diablo 1 Saltos brasileños en la Garganta del Diablo 2 Saltos brasileños en la Garganta del Diablo 3 Una mojadura antológica Panorámica entre la lluvia de los saltos del lado argentino Uno de entre los muchos saltos del lado argentino Enormes rocas desprendidas, a los pies de las cascadas La rápida corriente del río Iguazú Una embarcación que acerca a los turistas al pie de las cascadas, en la Isla San Martín Los turistas, al encuentro con las cascadas El río Iguazú. Al fondo, el salto San Martín La selva y las cascadas 1 La selva y las cascadas 2 La selva y las cascadas 3 La selva y las cascadas 4 Salto Dos Hermanas Una percha para los zopilotes Comienzo del recorrido por el sendero Macuco La vegetación de la selva rodea el sendero Macuco El Tigre, en plan explorador-naturalista Mariposa alas de tigre (Mechanitis lysimnia) en el sendero Macuco Una hembra de surucuá común (Trogon surrucura), entre la floresta del sendero Macuco Una flor en el sendero Macuco (tal vez una achira colorada, Canna indica) Otra flor en el sendero Macuco, que no he conseguido identificar Un agutí de Azara (Dasyprocta azarae), en el sendero Macuco 1 Un agutí de Azara (Dasyprocta azarae), en el sendero Macuco 2 Un agutí de Azara (Dasyprocta azarae), en el sendero Macuco 3 La selva de Iguazú, desde el avión de vuelta a Buenos Aires
Preciosas las fotos Eduardo, que hermoso viaje de descanso pero también parece de investigación… muy bonito mi país!!!. En mi muro del facebook subí un video de 6 minutos sobre mi provincia, JUJUY, acompañado de buena música y vibrante poesía, espero que lo pueda disfrutar!!! Un abrazo fraterno…
Se agradecen los elogios, Adriana. En cuanto lo del viaje «de investigación», como tú dices, yo siempre digo que hay que saber algo del país por donde se viaja. Ojalá tengamos la oportunidad de volver por tu país y visitar Jujuy, Mendoza, Salta, Ushuaia…
Excelente crónica y grandes fotografías. La verdad de que el sitio acompañaba para sacar buenas imagenes, aunque el día del lado argentino nos mojamos un poquito,eh?? jijijiji.
Nosotros nos quedamos con las ganas del vuelo en helicóptero, y por culpa de una pareja que se perdió durante media hora, la espera en el autocar hizo que no tuvieramos la oportunidad de hacerlo.
Un abrazo!!!!
Un poquito muchito nos mojamos, Juanma. Creo que batí un récord personal de estancia bajo la lluvia. Más vale que no hacía frío, que si no nos da el pasmo. Pero bueno, un día es un día, y la excursión lo merecía. Que disfrutéis de lo que queda de verano.