Comienza un famoso chiste con la siguiente pregunta: “¿Cómo se meten cien navarros (también hay una versión protagonizada por aragoneses) en un Seiscientos?”. A lo que se responde: “pues diciéndoles que no caben”. Bien, yo debo admitir que al menos en mi caso la chanza resulta bastante atinada, pues soy muy cabezota, lo cual tiene algunos inconvenientes y, probablemente, también unas cuantas ventajas.
No es la menor de estas últimas el impulso a la creatividad que resulta de los desafíos, incluso de los más jocosos y chispeantes, como el que hace bien poco me lanzó a la cara una buena amiga blogosférica, Elisa Armas, empeñada en retarme, nada más y nada menos, que a la preparación de “un manual de WordPress en octavas reales”.
Helo aquí, Elisa. No está completo (sólo he incluido las seis primeras estrofas), porque al fin y a la postre mis fuerzas son limitadas, pero tal vez pueda mejorarlo, a ratos perdidos y con la ayuda de mis colegas blogueros versificadores, a los que prefiero no nombrar para no comprometerles en un compromiso tan arduo. En cualquier caso, compañeros y compañeras, va por todos vosotros.
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