Acabo de leer en El Tinglado un excelente trabajo de Felipe Zayas, titulado Cómo funciona la oración: el sujeto. Al llegar a la última página, dedicada a los verbos que no admiten sujeto (es decir, las oraciones impersonales) y repasar los ejemplos que aporta Felipe, me he acordado de una pantomima (una expulsión de clase simulada) que solía montar en clase cuando explicaba estos asuntos, casi siempre con bastante éxito.
La representación ilustra ese tipo de oraciones que se denominan impersonales eventuales y ocasionales; es decir, y utilizando la definición de Felipe, aquéllas en que «el verbo en tercera persona del plural no lleva un sujeto real, ni expreso ni omitido, bien porque se ignora , por no interesar o por no tener importancia». El ejemplo típico es una oración como «llaman a la puerta», cuyo verbo en plural en modo alguno significa que la acción corresponda a una pluralidad de sujetos.
[Leer más…] acerca de La expulsión (momentánea) de clase como recurso didáctico
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