La serie sobre un proyecto de sitio web educativo realizado en WordPress mediante taxonomías, tipos de contenido y campos personalizados, de la que forman parte los artículos Sitios educativos fechos al taxonómico modo 1, Sitios educativos fechos al taxonómico modo 2, Sitios educativos fechos al taxonómico modo 3, y Sitios educativos fechos al taxonómico modo 4, llega con esta quinta entrega a su término. En este último artículo daré cuenta de las condiciones y circunstancias en las que es aconsejable utilizar este tipo de sitios web en la actividad educativa propia del área de Lengua Castellana y Literatura.
Conviene comenzar haciendo hincapié en el hecho de que no cualquier sitio web es adecuado para un tratamiento como el que se ha descrito en las entradas que forman parte de esta serie. De hecho, ocurre más bien al contrario, pues para la mayoría de sitios creados con WordPress, o al menos para aquellos con la estructura y disposición de un blog habitual, un trabajo semejante al descrito en esta serie constituiría el equivalente del clásico matar moscas a cañonazos. A mi modo de ver, solo un sitio que reúna la mayor parte de las características que se describen a continuación hace rentable el trabajo necesario para ponerlo en práctica.
a) Es un sitio cuyos elementos de contenido esenciales (es decir, los artículos individuales) son homogéneos y presentan rasgos que no se ajustan a las posibilidades de los tipos de contenido ya definidos en WordPress. En una instalación estándar de dicha aplicación, hay cinco tipos de contenido: entradas, páginas estáticas, adjuntos, revisiones e ítems de los menús de navegación; sin embargo, para los propósitos que aquí nos ocupan, solo merece la pena considerar si las entradas y las páginas estáticas ofrecen (o no) las funcionalidades deseadas.
b) Es un sitio en el que el etiquetado taxonómico del contenido, con arreglo a uno o varios criterios aporta un valor añadido a la hora de realizar clasificaciones y búsquedas. Si el marcado semántico es poco relevante o puede atenderse con las tres taxonomías ya presentes en una instalación estándar de WordPress –es decir, categorías, etiquetas y categorías de enlaces- no hace falta embarcarse en la tarea de definir taxonomías personalizadas.
c) Es un sitio cuyo contenido y estructura resultan homogéneos y no han de experimentar variaciones a lo largo del tiempo. Definir las taxonomías y los tipos de contenido personalizados, y ponerlos en relación con los campos personalizados, es un proceso costoso que, a diferencia de lo que ocurre con la estructura típica de un blog, se adapta con dificultad a modificaciones sustanciales.
d) Es un sitio con numerosos autores que crean contenido con arreglo a normas de edición y de publicación claramente definidas. Su resultado final, equivalente a una base de datos sobre un contenido específico –cuanto más acotado sea este, más precisa y útil resultará aquella-, ha de ser una cantidad significativa de artículos bien clasificados y etiquetados, cuya información puede ser indexada y recuperada con facilidad.
e) Es un sitio con un interfaz de edición adaptado a la estructura del contenido, de forma que los usuarios dispongan de un interfaz que les guíe en la realización de las tareas fundamentales de edición del contenido, y evite que se distraigan en tareas de formato o en recorrer los menús de la aplicación. Si los usuarios editores han de ser alumnos, esta característica resulta de particular importancia.
f) Es un sitio cuyos menús de navegación y estructura de presentación del contenido no son los típicos de un blog.
Sin ánimo de agotar las amplísimas posibilidades que ofrecen los sitios educativos creados mediante taxonomías, tipos de contenido y campos personalizados, a continuación ofrezco un posible listado, adaptado a los contenidos del área de Lengua Castellana y Literaria en Secundaria y Bachillerato:
- Creación de un catálogo de movimientos literarios.
- Recopilación, análisis y catalogación de figuras literarias.
- Elaboración de reseñas, comentarios y análisis de libros, películas y otras obras artísticas.
- Elaboración de una nómina de personajes de obras literarias.
- Elaboración de callejeros literarios.
- Creación de rutas literarias.
- Elaboración de antología literarias, en la que se clasifican textos literarios ya existentes, según diferentes criterios (véase, a este respecto, mi proyecto de antología textual).
- Creación de sitios web basados en la práctica por parte de los alumnos de un modelo textual predefinido, en función de diversos criterios: tipología textual (descripciones, diálogos, breves obras narrativas o teatrales), géneros literarios (cuentos y relatos, textos poéticos con sus diversas formas métricas), géneros periodísticos (noticias, reportajes, entrevistas), etc.
- Análisis comparativo de textos literarios y sus adaptaciones cinematográficas, televisivas, teatrales, etc.
- Elaboración de repertorios de textos no literarios.
- Elaboración de repertorios de podcasts y grabaciones de audio.
- Clasificación y análisis de textos audiovisuales.
- Elaboración de una nómina o catálogo de fenómenos gramaticales.
- Creación de catálogos de fenómenos lingüísticos, relacionados con las variedades diatópicas (fenómenos dialectales), diastráticas y diafásicas de la lengua.
- Creación de léxicos especializados o diccionarios para propósitos específicos.
- Y cualquier tipo de publicación online sobre un contenido específico que sea susceptible de ser etiquetado de acuerdo con uno o varios criterios de clasificación.
Montar un sitio web que responda a cualquiera de los propósitos y finalidades que se acaban de esbozar exige una serie de requisitos imprescindibles desde el punto de vista de la instalación y la administración de la aplicación:
a) Una instalación de WordPress en servidor propio que se pueda administrar sin restricciones, pues este tipo de sitios web exige instalar plugins y modificar a fondo los temas existentes, tal como se ha visto en los anteriores artículos de la serie. Hasta donde yo sé (pero puedo estar equivocado, por lo que agradeceré cualquier corrección al respecto), una instalación como la que he descrito en esta serie es imposible en plataformas de blogs como WordPress.com o Edublogs.
b) Conocimientos avanzados de administración de WordPress. Aunque las descripciones, instrucciones y recursos que he publicado a lo largo de la serie pueden servir de orientación (véase, a este respecto, el fichero ZIP que figura al final del artículo Sitios educativos fechos al taxonómico modo 3), cualquiera de los sitios web enumerados a título de ejemplo (o cualesquiera otros semejantes) hace necesario un cuidadoso trabajo previo de análisis y preparación.
c) Una adecuada administración de los roles de usuario. Es necesario analizar con detalle qué roles requieren los procesos de edición y publicación del contenido y qué capacidades deben estar disponibles para cada uno de ellos (a este respecto, resulta de obligada consulta el artículo Roles and Capabilities), porque no todo lo que puede ser necesario es factible con los roles estándar de WordPress, y por otra parte las capacidades adscritas a cada uno de dichos roles pueden no ser las más adecuadas a los flujos editoriales que el administrador de un sitio se haya fijado de antemano.
Pondré un ejemplo de las contradicciones a las que me acabo de referir. Puede interesar que los usuarios creadores de contenido (los alumnos) tengan perfil de colaborador, para que no les sea posible publicar directamente, de forma que solo un usuario con un rol de editor o administrador (generalmente su profesor) autorice la publicación después de revisar sus trabajos. Pues bien, esto sería imposible en un sitio como el descrito en esta serie de artículos, ya que requiere que los usuarios suban imágenes, capacidad que no está al alcance del rol de colaborador.
Afortunadamente, existen plugins que permiten solventar estos inconvenientes, como por ejemplo Members, con el cual se pueden modificar las capacidades de los diversos roles estándar de WordPress o, lo que todavía es mejor, definir roles de usuario que se ajusten como un guante a las necesidades funcionales del sitio.
d) Un buen diseño instruccional, y un adiestramiento previo de los usuarios en el manejo de los elementos fundamentales del sitio. Evidentemente, se requiere que los objetivos del sitio estén claros, que las tareas de los usuarios creadores de contenido hayan sido bien descritas y que se les brinden las ayudas adecuadas (en el sitio Comentarios y reseñas de libros, he incluido un par de páginas sobre Cómo escribir el contenido de los artículos y Cómo etiquetar los artículos, pero es obvio que un sitio web “real” debería incorporar un aparato de ayuda más amplio y unos andamiajes mucho más sólidos). A tenor de mi experiencia, la intervención de los alumnos en sitios web hace muy recomendables diversas ayudas:
- Instrucciones generales de manejo de WordPress: entrada y salida de la aplicación, acceso al editor, operaciones fundamentales de manejo del editor, técnicas de escritura, operaciones de visualización, guardado y edición de los artículos.
- Consejos sobre cómo se deben redactar los artículos, tanto desde el punto de vista de la corrección gramatical y ortográfica como desde la perspectiva de la adecuación pragmática.
- Instrucciones sobre un correcto manejo del editor de una aplicación online. Si hay alguna norma en la que se debe insistir es la relativa a la técnica correcta para copiar y pegar el contenido cuando ello es necesario, que consiste en pegar sin formato o en texto plano.
- Instrucciones sobre la cita de fuentes y referencias.
- Instrucciones sobre las tareas de subida e inserción de imágenes y otros elementos multimedia.
- Consejos con respecto a cómo se deben etiquetar los artículos en cada una de las taxonomías personalizadas definidas (por ejemplo, y por ceñirnos al sitio Comentarios y reseñas de libros, las etiquetas de la taxonomía “autores” deben llevar la inicial en mayúscula, pues corresponden a nombres propios, pero no así las etiquetas correspondientes a las taxonomías “géneros literarios” y “literaturas nacionales”) y cómo hay que introducir los metadatos que el tema del sitio pueda requerir.
Seguramente me dejaré más de un asunto de interés en el tintero, pero creo que con este último artículo está dicho lo fundamental en torno al caso que hasta aquí me ha venido ocupando en los dos últimos meses. En este 31 de diciembre, y a despecho de los negros presagios que nos cercan por doquier, solo queda desear a todos los lectores y lectoras de La Bitácora del Tigre un muy feliz y próspero año 2012.
Eduardo Larequi (@elarequi) (@elarequi) dice
Publicada la quinta y última entrega de la serie sobre sitios taxonómicos: http://t.co/qRIVnWXQ