Hace ya bastante tiempo que no publico ninguna entrada sobre libros en este blog. En efecto, aunque no he dejado de escribir artículos más o menos relacionados con dicha categoría, la última reseña en sentido estricto fue la de Vida y destino, de Vasili Grossman, del pasado 13 de diciembre. Semejante abandono de uno de mis temas favoritos me hace sentirme doblemente culpable: no sólo por defraudar a mis incondicionales, sino también porque bajo las excusas de la pereza, la dificultad del género y el exceso de ocupaciones acaso se oculten los signos de una traición a mi propia naturaleza, o los primeros indicios de una pérdida de facultades con la que a todos (blogueros incluidos) nos amenaza el inevitable paso del tiempo.
En fin, no quiero ponerme melodramático ni exagerar la nota. Más vale coger el toro por los cuernos (y véase que la metáfora condice con las resonancias taurinas del título de este artículo) y compensar a mis lectores y a mí mismo por las oportunidades y el tiempo perdidos. Como no he dejado de leer durante todo estos meses, y de tomar las correspondientes notas, puedo juntarlas todas en una especie de reseña-compendio; seguramente será menos enjundiosa y detallada que mis piezas habituales, pero por otro lado tal vez tenga un interés añadido por la variedad de las obras comentadas y de los géneros a que pertenecen.
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