A lo largo de los últimos días, tras la instalación de la versión 2.4 del tema Tarski, me he entretenido en ir limpiando el blog de algunas de las adherencias e incrustaciones que había ido acumulando en sus más de tres años de vida (hace muchos años vi en el puerto de Laredo una imagen que se me quedó grabada: la limpieza, mediante un potente chorro de agua, de la quilla de un pesquero; aprovechando las resonancias marineras de su título, quiero creer que La Bitácora del Tigre es como un barco al que de vez en cuando hay que llevar al dique seco). En concreto, lo que he estado haciendo con paciencia franciscana es eliminar de la hoja de estilos personalizada de Tarski todos los códigos innecesarios o redundantes, y adecuar los estilos de representación de las imágenes que forman parte de las entradas del blog a los que vienen definidos en la plantilla.
Una tarea aburridísima, a fe mía, que he ido completando en ratos perdidos desde el phpMyAdmin de mi proveedor de alojamiento, porque no me apetecía editar, una a una, todas las entradas comprometidas con basurilla en forma de estilos espurios. Creo que existe por ahí algún plugin para realizar este tipo de tareas (que implican operaciones de búsqueda y sustitución de cadenas de caracteres en la base de datos), pero me daba bastante miedo poner en riesgo el contenido del blog, de modo que he preferido optar por una solución más lenta, pero a mi modo de ver también más segura.
A partir de ahora, tras la limpieza y la actualización del tema, los habituales del blog quizás noten algunos cambios, la mayor parte muy ligeros:
- Creación de galerías de fotos «al estilo WordPress», como las que ilustran Blogueando desde un ultraportátil y Actualización a WordPress 2.7 y más sobre Barcelona. En este tipo de galerías, las imágenes enlazadas incluyen el estilo por defecto de Tarski, es decir, un borde azul que cambia a granate cuando se pasa el ratón por encima Hasta la fecha, las imágenes enlazadas no tenían borde, lo cual me obligó a crear un estilo propio; tras la aparición del estilo «imagelink2» de Tarski, que justamente se ocupa de este efecto, tiene poco sentido mantenerlo.
- Modificación de las galerías de fotos que elaboré de forma artesanal antes de conseguir que las galerías de imágenes de WordPress funcionaran. Véanse, como ejemplo, De aquí a la gloria o Por los cañones del Sil y la Ribeira Sacra. He decidido conservar estas galerías como testimonio de tiempos pasados, aunque mi intención es que todas las series fotográficas futuras se adecuen al estilo de las galerías nativas de WordPress o a otros logrados por medio de plugins.
- Eliminación del widget de artículos recientes que aparecía en el pie de página. Se trata de toda una seña de identidad de Tarski, pero dudo mucho de que fuera realmente necesario para asegurar la navegabilidad del blog; además, en ciertas circunstancias, o asociado a ciertos plugins, producía resultados extraños. De momento, lo he sustituido por el widget de comentarios recientes (hasta ahora en la barra lateral), aunque es probable que en un futuro próximo la información que figura en esta zona sea sustituida por otra de mayor utilidad.
No me olvido de otros dos cambios de mucho mayor calado, ambos relacionados con la presentación de los comentarios y derivados de las innovaciones en WordPress 2.7 y Tarski 2.4. El primero es la anidación de las intervenciones de los comentaristas, que se disponen de tal forma que mediante un simple golpe de vista es muy fácil seguir el movimiento de la conversación en el blog (véanse, por ejemplo, los últimos comentarios de Barcelona, entre Harris y Harris, con el apasionante intercambio de pareceres entre jaimemarlow y un servidor a propósito de la identidad de uno de los personajes de la novela Patria, de Robert Harris). No siempre me acuerdo de contestar a mis visitantes mediante el enlace «Responder», que es el que permite lograr esta interesantísima innovación, pero aseguro que me esforzaré en estar atento.
El segundo cambio sólo puede apreciarse en las entradas más comentadas. De hecho, sólo es visible en aquéllas con más de veinte intervenciones, que es la modesta cifra que he configurado para que el blog lleve a cabo la paginación de los comentarios. Como ejemplo significativo de esta disposición, véase Un Tokio no tan triste, la entrada que hasta este momento ostenta el récord de participación en el blog (curiosamente, la reseña de otra novela de Haruki Murakami, After Dark, no parece compartir la misma suerte; habrá que esperar).
Con esta entrada termina el 2008 para La Bitácora del Tigre. Hago los más sinceros votos para que el año 2009 sea próspero para sus autores, visitantes y comentaristas, que buena falta nos hará a todos, si hemos de creer en los pronósticos tan agoreros que circulan por ahí.
Antonio dice
A los agoreros, ni caso. Esta casita tuya seguirá siendo un lugar apacible en el que conversar. Feliz Año.
Eduardo Larequi dice
Lo mismo te deseo, Antonio. ¡Aupa Invernalia!