Desde la entrada del pasado 20 de junio, dedicada al cuarto número de la revista Hélice, las entradas que he publicado en La Bitácora del Tigre no han sido agregadas por Planeta Educativo a su utilísimo catálogo de referencias. No sé si de una cosa se sigue la otra (ya advertían los clásicos acerca de los vicios de esa forma de razonar que se define con el latinajo de post hoc, ergo propter hoc), pero lo cierto es que en los últimos días no he recibido comentarios ni enlaces entrantes.
Dejando a un lado valoraciones subjetivas (pero es cierto que en las últimas semanas yo mismo he notado que voy perdiendo fuelle, gancho, punch), hay algunas razones de peso para que mis visitantes, otrora lenguaraces y dicharacheros, se hayan sumergido en el mutismo: entre los errores de los feeds, los experimentos que han dejado durante algún tiempo el blog patas al aire y unos cuantos toquiteos imprudentes, no me extraña nada que más de un asiduo lector se haya planteado cambiar de aires.
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