Ayer por la tarde, tras tomar las debidas precauciones (copia de seguridad de todos los archivos y dos copias de la base de datos, por si acaso), actualicé el blog a la versión 2.5.1 de WordPress. Seguí con todo cuidado el procedimiento habitual (o al menos eso es lo que yo creía), pero tras ejecutar el script de actualización me encontré con un mensaje de error relacionado con los widgets. Tras una rápida consulta a los foros de WordPress, vi que se podía resolver el problema borrando el registro correspondiente en la tabla wp_options, y así lo hice. El mensaje de error en la cabecera del blog desapareció.
Pero aquí no acababan los sustos. Al volver al frontend del blog, para ver cómo había quedado tras la actualización, me quedé de piedra: la codificación de los caracteres se había trastornado, y todas las vocales con tilde, las eñes y ciertos signos de puntuación (signos de abrir interrogación y admiración, guiones, comillas, etc.) habían sido sustituidos por caracteres ajenos a la codificación original. Enseguida me di cuenta de la gravedad del caso, y empecé a buscar cómo solucionar el problema. No voy a aburrir a la concurrencia relatando mis zozobras con los ficheros SQL, los scripts para modificar los cotejamientos de la base de datos y demás monstruosidades. Al final, después de más de seis horas de esfuerzos inútiles, decidí tirar por la calle de en medio y proceder a un downgrade, es decir, volver a la versión anterior de WordPress.
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