Tanto en el ámbito profesional como en el personal, yo me tengo por un furibundo propagandista del navegador Firefox, de cuyas virtudes he tratado por extenso en La Bitácora del Tigre. Sin embargo, también soy un usuario que trabaja con navegadores al menos durante diez horas cada día (sí, ya sé lo que muchos lectores estarán pensando, pero cada uno lleva su cruz a cuestas), a menudo con doce o quince ventanas abiertas de forma simultánea, pues tengo la manía de trabajar con ventanas y no con pestañas.
Lo que llevo observando desde hace meses es que, en tales circunstancias, Firefox 2 devora una enorme cantidad de RAM. Además, cuanto más larga es la duración de la sesión de trabajo, Firefox se torna más ineficaz, sobre todo si se compara con otros navegadores. La Red está llena de testimonios sobre este asunto (véanse, por ejemplo, los de Sincables.net y Lifehacker), pero para escribir esta entrada he preferido hacer pruebas por mí mismo.
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